miércoles, 14 de septiembre de 2011

DANI IS DAD



En agosto mi sobrino JJ era papá. Ahora le toca a mi sobrino Daniel. Los recuerdos y las emociones se agolpan en mi mente y en mi corazón, intento ponerles orden tras venir de conocer al bebé.

Dani, el feliz papá, nació en 1980. España vivía aún en plena transición, aún no había sucedido ni el 23-F ni el mundial del 82. Años de ilusión para muchos. Quizá porque éramos púberes en una época en que niños y adolescentes de inocentes parecíamos bobos.

Ese mismo año, con apenas unos meses de vida, Dani se vino a Gandía con su hermano mayor, sus padres, abuelos maternos y con su tío, el menda lerenda, que en aquel verano se bañó en el mar por primera vez.

Un bebé de mechón rubio. Los años pasaron, y el pequeño Dani fue creciendo. De vez en cuando venía a la casa de los abuelos maternos, en el barrio de Argüelles. Un caluroso junio enfermó y le llevamos a las urgencias del hospital de la Cruz Roja. La selección española de baloncesto jugaba en aquella calurosa tarde. Calor, baloncesto...qué casualidad, el bucle se cierra. Estamos en uno de los septiembres más calurosos que recuerdo, y nuestra selección de baloncesto se disputa el Eurobasket. Y esta misma semana ha nacido el pequeño Javier, por cierto, un bebé adorable. Coincidencias.

Los veranos en Guardamar del Segura. Muchas veces iba allí unos días para acompañar a mi hermana con los niños mientras mi cuñado se quedaba trabajando en los madriles. El pequeño Dani en más de una ocasión iba en mis hombros por el camino que llevaba a la playa y que discurría entre pinos piñoneros. Mar mediterráneo, pinos, chicharras cantoras...parte de mis veranos. Veranos en Madrid, junto al puesto de helados de Santi, veranos de rio Henares y sus choperas o veranos de acampadas, pinos silvestres de San Rafael y Cercedilla, fuegos de campamento. Veranos de meseta, de campo, ciudad o montaña. Y veranos de mar, veranos de Guardamar. Pero ya me estoy desviando otra vez.

Bueno, ¿qué más se puede añadir? Daniel fue creciendo en edad y sabiduría, entre Aluche y Pinomar. En esta urbanización alicantina conocería a Patricia. Carrera universitaria, trabajo, boda...y un bebé.

Daniel ha sido papá. Y no, yo ya no tengo 15 años.

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