miércoles, 2 de julio de 2025

BRIAN


Como no hay tres sin cuatro, aquí va este cuarto obituario del 2025. 

Hace unas semanas fue Brian Wilson quien abandonó el edificio.

Es inevitable, ley de vida dirán, que nuestros mayores nos dejen. Aquí estamos de paso. Morir habemos, ya lo sabemos. Memento Mori y todas esas cosas.

Los Beach Boys, como tantas otras bandas en el mundo del Rock , estaba estructurada a partir de varios familiares, de varios hermanos . Los Hermanos Wilson. Ya había dos de ellos en el Más Allá esperando a Brian, ahora ha sido el más loco y genial ( ¿por qué tantas veces van unidas las palabras locura y genialidad? ).

Ahora que, como cada vez que alguien fallece, han proliferado los panegíricos, alabanzas y elogios supremos cual setas en noviembre, yo no sabría por dónde empezar. 

Para ser sinceros muchos de los de mi generación, incluído menda, infravaloramos en su día a los Beach Boys y a la labor artística de Brian. Los veíamos como su nombre: un grupo de chicos de la playa, interpretando alegres tonadas pop veraniegas. El sol, la playa, el surf, chicas en bikini, chicos con pelo corrto, y todo eso. Por no saber, no sabía ni aprehender el verdadero valor de  joyas como "Good Vibrations" , tema con una historia muy peculiar en mi caso. Lo descubrí en la versión en castellano que perpetraron los Javaloyas. Quizá me pasó lo que les pasa a muchos que se acercan por ejemplo a lo Beatles con la mentalidad del que ha escuchado música posterior: no aprecias lo que supuso esa canción en su momento, no la pones en contexto. 

Harían falta años para que descubriese la importancia de Pet Sounds en la historia de la música popular, per se y por la influencia que ejerció en la música posterior ( Sgt Pepper's de los beatles, sin ir más lejos).

En todo caso, como uno es un raruno, los Beach Boys que más me gustaban hace 40 años (se dice pronto) no eran ni los de los primeros tiempos ni los de los "sonidos de mascotas ". 

Hay que remontarse al decisivo  año 1985 (en mi caso) y al barrio de Gaztambide-Cea Bermúdez-Argüelles-Chamberí.

En el coro juvenil de una parroquia la voz de los "bajos" suele ser la más minoritaria. En el coro "Llama Viva" pocos pasamos por ella: los titulares indiscutibles que fuimos Fausto "guitar" y yo,  los eventuales o circunstanciales como Joaquín el "outsider", el propio directot (y uno de mis mejores amigos) Carlos F "Herreruela"....y luego, con más moral que el Alcoyano, Luis "el legionario". 

A Luis y su devoción por los chicos de la playa ya dediqué otra entrada, "Avalón no existe", nhttps://vinniecarabanchelwriter.blogspot.com/2025/03/avalon-no-existe.html en mi otro blog  ( https://vinniecarabanchelwriter.blogspot.com/ ) 

En todo caso fue mi amistad con Luis la que me llevó a introducirme más en la música de Brian Wilson. Y tras todos los clásicos "surferos" llegué a un Lp contemporáneo (de esa época) con varios temas que me enamoraron: Some of your Love, Keep the summer alive, Santa Ana Winds....

Tratándose de una etapa en la que nos interesaban sobremanera las armonías vocales, no es de extrañar el impacto que supusieron esos temas en mi bagaje musical. y esa voz de "bajo" en "Keeping the summer alive"...madre mía, cuántas veces no lo habremos cantado (además del comienzo del Barbara Anne...) 

Luego ya iría apreciando todo lo demás: la etapa más experimental de armonías a capella, el Pet Sound, los proyectos...

En todo caso, otro icono de los años 60 y de nuestra memoria colectiva ha marchado al Walhalla de los músicos eternos.

Y como diría JL de Micheo: yo, yo ya no tengo 19 años, 

sábado, 10 de mayo de 2025

IÑAKI


Parece finalmente que este año solo escribo en este blog por la muerte de personajes que admiro.

Aunque el caso de esta entrada es más doloroso, porque el personaje era una persona a la que llegué a conocer fuera del escenario, compartiendo cervezas y risas. 

Hoy nos ha dejado un referente generacional y una gran persona. 

Decir Iñaki es decir Glutamato Yeye, con permiso de los hermanos Recio.

Decir Glutamato Ye-ye es decir uno de los momentos más creativos y divertidos de nuestra historia musical ( me niego a llamarlo "movida madrileña", ese palabro tan manido e instrumentalizado que al final no dice nada) . Y decir Iñaki es hablar de nuestra juventud perdida.

La primera vez que escuché a Glutamato Ye yé fue, como no, en la radio. Cuando había programas de música pop al margen de la radio fórmula. Tiempos en los que Diego Manrique, Ordovás, Juan de Pablos, Abitbol,  Patricia Godes o Gonzalo Garrido reinaban en las ondas. Cuando lo independiente no era minoritario pero tampoco era rebaño.

Sonaba esa canción sobre unos niños de color que pasaban hambre y frío. Un título hoy políticamente incorrectísimo. Aunque os parezca mentira, este -entonces ingenuo- adolescente se emocionó con la letra, tomándola al pie de la ídem. Aún no sabía que las letras de los Glutamato eran pura sátira, trasgresión, o mera diversión,cuando no rozaban lo surrealista. 

Pocos años después (quizá al año siguiente, no lo sé) volví a escucharles en casa de mis amigos María y Javi "Milikito". En esa ocasión con un tema de pegadizo ritmo y trepidante línea de bajo en defensa de la alimentación vegetariana. En ese maxi de "Comamos Cereales" empecé a descubrir la quintaesencia de estos paladines de las llamadas "Hornadas irritantes".

A mediados de la década prodigiosa fui a verles actuar. Recuerdo cierto concierto en el Parque del Oeste, creo que fue en el Homenaje a Tierno Galván. Momentos irrepetibles de nuestra juventud: la primavera en todo su esplendor aunada con nuestro fervor adolescente, el olor a comida y hierba de todos los tipos, y actuaciones memorables: Ana Curra, Gabinete Caligari, Los Elegantes, Derribos Arias, y por supuesto, Glutamato Ye ye.

La actuación de Glutamato fue de las más divertidas. Iñaki llenaba  el inmenso escenario. 

Basten dos recuerdos de ese concierto para definir a nuestro audaz amigo. El primero: una lluvia de cigarrillos y botellas de litro (litronas)  habían obligado a retirarse a los Elegantes por botellazo a Emilio, otro viejo conocido mío. En cambio, Iñaki, en la misma tesitura, se enfrentó a los punkies lanzadores de objetos retándoles a subir al escenario y vérselas con él. Los lanzamientos cesaron. Eran días, todo hay que decirlo, en que la violencia juvenil campaba a sus anchas y no era extraño que los conciertos ( al aire libre como éste, o en locales ) acabasen en batalla campal. Las fuerzas del orden, ni estaban ni se las esperaba.

Ese fue uno. El otro recuerdo, en ese mismo concierto fue el intrépido Iñaki, con bandera del Atlético de Madrid por capa, trepando cual Spiderman castizo  por una de  las torres metálicas de los focos , sin red ni arnés, cantando "soy un socio del Atleti" ( con música del novio de la muerte). Los tenía muy bien puestos el Iñaki.  Ya por entonces era leyenda. 

También estuvo el día que salió en "la Edad de Oro" de la también añorada Paloma Chamorro. "Aberrando", como les gustaba decir, con su amigo Poch , haciendo coros a Loquillo, si la memoria no me falla. 

Hubo vida después de Glutamato.  Ahí estuvieron "los Pecadores" actuando en la Sala Universal, con Rosi de Palma de bailarina cuando aún nadie sabía que era eso del Burlesque. 

Ya a principios de los años 90 tuve el placer y el honor de conocerle en un bar de copas de mi barrio que llevaba Patacho, el guitarrista de Glutamato, con el que llegamos a trabar cierta amistad . Bar en el que organizamos algun que otro fiestorro. Ese bar, "En el Salón" me demostró que el enfrentamiento entre las llamadas "Hornadas irritantes" y los que ellos llamaban despectivamente "Pop baboso" eran tan artificial en el fondo (y en las personas) como lo fue el enfrentamiento Beatles/ Rolling Stones. Que ¿a qué viene esto ? a que por "En el Salón" se dejaban caer desde el propio Iñaki a Ñete "Nacha Pop" o José Mª Granados (de Mamá) entre otros músicos de los 80.

En todo caso, en ese local descubrí a un Iñaki muy distinto del personaje público. Iñaki, el personaje, era provocador, audaz, valiente. 

Luego estaba Iñaki, la persona que recuerdo:  afable, nada pagado de sí mismo ni de su fama (como todos los grandes), divertido y entrañable. 

A "En el Salón" también fui alguna vez con nuestro amigo común Sebas "Polanski" ( de "Polanski y el Ardor"), que me contó alguna anécdota más sobre el gran Iñaki que me confirmaron de qué madera estaba hecho. 

Luego hubo algún concierto acústico con Patacho a la vuelta de mi casa, en Meléndez Valdés. ¿La Carihuela se llamaba el bar? El Iñaki encantador ,el provocador, el amable, el trasgresor.  El amigo de sus amigos, el socio del Atlético de Madrid. 

Óyeme, tú que eres joven: hoy mi corazón loco está dolido. Hoy canto a los niños del África al hombre que habita en mi nevera, a los cereales ricos en Potasio, a ese algo que hace tictac, a esa chica que era tan Pop por mi. Hoy seré Harekrsna y sufriré de narcosis. Hoy sentiré la pérdida de otra parte de mi juventud perdida. Se nos mueren los héroes. Y nosotros ya no tenemos 20 años. 




sábado, 12 de abril de 2025

Clem



Por caprichos del destino este blog ( o lo que sea) se ha convertido en un obituario de bateristas en 2025 .

Quizá publique poco por mi falta de motivación para escribir algo distinto a mi interminable "novela". 

Así que frente a  otras  ideas para nuevas entradas la realidad ha impuesto nuevamente el impacto de un deceso.

A ello, pues. Clem Burke, batería de Blondie, entre otros grupos, falleció hace pocos días.

Al igual que en la primera entrada de este año, dedicada a Rick Butler, esto va a más de la banda que tanto me influyó que del músico fallecido (en el caso de Rick, los Jam  ; en el de Clem, Blondie) .

De lo que el grupo supuso para mi. En fin, este es un blog personal, what did you expect ?

Son curiosos los paralelismos entre ambas vidas y ambas bandas. Rick y Clem, Jam y Blondie.

Sincronicidad, podríamos decir. Ambas comparten una época de nuestras vidas. Y , desde estilos diferentes,  tienen mucho en común, los grupos y sus baterías Empezando por esa emergencia juvenil que estalló con el punk como respuesta a la pomposidad del rock triunfante hasta entonces en los 70. Ese Rock afectado, con solos de guitarra interminables en "canciones" inacabables. 

Punk, New Wave, Power Pop, Revival Mod, Revival Ska....todos estos estilos reivindicaban en cambio las raíces del Rock and Roll, su inmediatez adolescente . Píldoras condensadas en temas de no más de cuatro minutos y cuya quintaesencia serían los Ramones. 

En eso estaban, bajo distintas etiquetas, Jam y Blondie . 

Menda, como tantos de mi generación, conocíó antes a Blondie, que sonaba más en la radio y era más comercial. Pero, oh paradoja, los chicos de Harry, sin ser mods, contribuyeron a mi acercamiento a esa subcultura urbana, versión revival. Los mods de mi Instituto, que cursaban COU (1) y eran dos o tres años mayores que nosotros (lo que de adolescente es una diferencia notable) llevaban en sus grises gabardinas chapas de Blondie y otros combos de New Wave, junto a las de Madness, The Jam, The Who....

No frecuentaba la "escena mod" de entonces, por lo que no puedo opinar desde dentro, pero de lo que había por mi Instituto mucho podría considerarse hoy en día  "plástico" o "no auténtico"  Fuera como fuese, esos "mayores guays" me influirían tanto como el intercambio de Lps y cassettes con compañeros o los programas molones en FM y TV (ay, el Popgrama de Carlos Tena y Diego Manrique )

Mods aparte, en esos días era fácil confundir a muchos nuevaoleros con los mods del revival: pintas parecidas, corbatas, trajes, gafas oscuras...y una similar actitud.  La música tampoco era tan distinta. Al fin y al cabo las diferencias, musicalmente hablando, entre The Vapors ( mods) y los Dirty Looks ( Power Pop ) eran imperceptibles no pocas veces . En canciones, sonido y estética. En el caso de Blondie, Clem siempre me pareció de lo más mod en cuanto a "look", parafernalia de "dianas" mod, flechas de doble sentido, peinado...

No sé qué fue antes, si ver a los colegas mayores del "Insti " como fans de los neoyorquinos o escuchar a éstos en radios o TV. Sea como fuere, si algo les definía era la presencia de Deborah Harry, el sex symbol de toda esa movida, con permiso de Kate Pierson o Siouxsie.

Como pusimos en el cartel de una fiesta que hicimos ya en los 90 con musicotes de aquella época. fuimos la "generación que amó a Debbie Harry " (parafraseando la frase "generación que amó a Kim Novak") 

Debbie Harry; su magnetismo sexual y sensual, su chulería y esos posters que vendían en Discoplay en que parecía una-Dominatrix, látigo incluído..

Tras la rubia siempre me llamó la atención más que Chris Stein o cualquier otro ese baterista de impecable vestimenta y con una manera de tocar que ejemplificaba esa Nueva Ola. O, como leí recientemente por esos interneses de Dios, el "Power Pop encarnado".

Se entrelazan los recuerdos de Blondie y de Clem. Cómo olvidar que la primera canción que escuché  de ellos, "Dreaming,  sería impensable sin ese toque de batería. Uno de esos sonidos que marcaron mi pubertad,  casi tanto como el riff de My Sharonna o los arpegios de Message in a bottle. 

Allí estábamos mi B.U.P (2), mis colegas y Blondie. En 1982 adquirí mi primer LP de ellos, un "grandes éxitos" sin desperdicio. Otro paralelismo: 1982 también fue el año que me agencié "The Gift" mi primer álbum de The Jam,  . Menudo año: el mundial del Naranjito", la primera visita de san Juan Pablo II a España y el comienzo de mi C.O.U.

Fue precisamente in illo tempore que mi amigo Montes, sus colegas del Chamberí profundo y yo mismo empezamos a quedar muchos viernes para jugar al Monopoly. Que ¿qué tiene que ver esto con Clem Burke? Mucho. En esas legendarias partidas, jugadas con unas reglas ligeramente distintas a las oficiales, solía sonar el Greatest Hits de Blondie , entre otros "vinilos", en mi añorado giradiscos Dual Bettor. Todavía me parece escuchar al bueno de Alejandro Cuéllar diciendo "Vicente, pon el disco de Boldie (sic) " 

Así que Blondie y la batería de Clem formarían parte de la banda sonora de aquel curso 82-83 tan decisivo. Con los años iría adquiriendo toda la discografía de la banda, tanto en vinilo como en Cd ( los 90 y sus cosas) , pero nunca llegaría a verlos en directo.

Habría que esperar al  recién inaugurado siglo XXI para ver a Clem en escena. Con otra banda representativa del Power Pop, los Romantics. Aunque en aquella ocasión se decantasen más por el Rhythm and Blues sesentoso de bandas como los Rolling  o los Yardbirds. En ese concierto de la Sala Arena no vimos a la formación original, pero los "fichajes" fueron de lujo y categoría, con Mike Sobieski , entre otros, a junto a Clem Burke a las baquetas.

Esas baquetas de Clem que pasarían a ingresar mi pequeño olimpo de bateristas junto a Keith Moon, Charlie Watts, Ringo Starr, Tommy Ramone, Ginger Baker ,"Bonzo" Bonham, Rick Butler o Steward Coppeland.

La cuestión es que Clem ha abandonado el edificio. Cada vez quedan menos referentes generacionales para los que nos acercamos a la sexta década. Ya no habrá más partidas de Monopoly en un oscuro caserón de la calle Andrés Mellado. Y yo, yo ya no tengo 17 años. 


(1) C.O.U ; Curso de Orientación Universitaria, sucesor del "PREU" y año de transición entre la educación secundaria y la Universidad.

(2) B.U.P.: Bachillerato Unificado Polivalente. Se cursaba tras la E.G.B, abarcando buena parte de la adolescencia. 

sábado, 15 de marzo de 2025

Rick


El pasado mes falleció Rick Butler, baterista de The Jam. Triste es que la primera , tardía, entrada en este 2025 sea un obituario más. Quise escribirla cuando me enteré de la noticia pero mi complicada vida me ha tenido alejado de este mi blog original. 

La procrastinación no es pereza, dicen los especialistas de la cosa.  En todo caso más vale tarde que nunca, este es mi modesto y molesto homenaje a uno de tantos músicos que han conformado lo que soy.

No hubiese, no hubiéramos, conocido a este percusionista inglés si no hubiese sido por The Jam.

Decir The Jam es decir revival mod a finales de los 70, con permiso de Secret Affair, Chords, Squire y demás bandas de esa onda. Nacido de la mano del punk, contagiado de su urgencia y los ritmos del Power Pop , el revival mod conjugó la rebelión juvenil contra los dinosaurios del Rock con la reivindicación de los mods, la subcultura juvenil más genuinamente británica. 

El revival mod aunó lo nuevo y lo viejo , bebiendo de fuentes como las bandas mod de los 60 ( The Who y Small Faces sobre todo,) y  también algo de la Motown más otros sonidos de la época. El  orgullo obrero y elegante de los 60 maridó con los nuevos tiempos de ruptura. Las crestas y las corbatas, que diría la letra de  "The Eton Rifles"

Y en la cresta de esa Nueva Ola de "punks con parkas", un genio precoz de Surrey ( Inglaterra, Reino Unido ) llamado John William Weller que,apoyado por dos compinches, daría a luz a un icono generacional: The Jam.

Decir los Jam no es solo decir Weller, aunque él fuese el líder y genio tras las canciones. Pero estas no habrían sonado igual sin el concurso de la super sección rítmica formada por Bruce Foxton al bajo y Rick Butler a la bateria. 

Entre los tres conformaron el sonido de The Jam, una de las bandas sonoras de mi generación,

A los Jam llegué tarde, como a casi todo en esta vida. Tenía razón el bueno del "Chapas" al llamarme plástico. Quizá lo fui realmente por mucho tiempo , al menos hasta finales de los 80, que me zambullí en la tribu y empecé a aprender de verdad todos sus códigos y lenguajes.

En todo caso, los Jam, y esa batería potente e inconfundible de Rick estuvieron siempre allí, de una u otra manera. 

Desde aquel "Going Underground" que interpretaron en "Aplauso" fueron un referente para mí como para tantos otros.  Después vino mi aprendizaje autodidacta y solitario : cassettes con "Eton Rifles", "That's entertainment"....hasta llegar al otoño/invierno de 1982 en que compré the Gift y me quedé impactado con su comienzo y ese grito con eco que daba paso a "Happy Together" que fue para mí un himno durante años. Himnos como A town called Malice,  "Just Who Is the 5 O'Clock Hero?" o mi queridísimo instrumental "Circus"

En aquellos días yo no tená muy claro que era eso de ser mod. Como he dicho fui un adolescente plasticoide que escuchaba a la Mode o a Pistones mientras reverenciaba a los Who y los Stones que escuchaba, primeramente desde los discos de su hermano mayor, después de los suyos propios. Lo único que conocía de la tribu era a los mods de mi Instituto , unos años mayores y más bien unos poppies con chapas de Madness , Police o los Lambrettas. 

1983 me traería el Lp de Quadrophenia de The Who y 1984 la película homónima. y mis ganas de unirme a todo aquello. No fue así, aunque me uní de buena gana a los fieles seguidores de los Elegantes ( Emilio era hermano de dos de mis mentores y amigos de principios de los 80. Entre 1984 y 1989 no me perdería ningún concierto que estuviese a mi alcance.

¿Y los Jam ? Al ir por solitario  y no confraternizar con la tribu The Jam quedaron en un segundo plano durante unos años. 

Hubo que esperar  a finales de los 80 para hacerme con toda la discografía,  zambullido en ese fascinante mar de ritmos trepidantes y letras magistrales, de Lps inolvidables que me marcarían como joven y como aprendiz de músico: All Mod Cons, In the city, Sound Affects...y sobre todo Setting Sons.

Pero es que hasta el Lp "menor", This is the Modern World, me impactó con temazos como Tonight at Noon, London Girl y sobre todo Life from a Window, que versionó mi grupo , los ( Spanish) Monks, con mayor o menor acierto.

Mi vida no habría sido lo mismo sin los Jam. Mis canciones,, mi manera de tocar la guitarra no habrían sido lo mismo sin The Jam.

Ni sin la batería de Rick. Descansa en Paz, campeón, Espéranos en un Paraíso surcado por Scooters con jóvenes que visten parkas, Flight Jackets y calzan "Jamshoes"



domingo, 29 de diciembre de 2024

QUÉ CONCIERTO EL DE AQUELLA VIDA ( 9/12/2024)



( en negrita, tonadas que sonaron esa noche ) 

Una “crónica” del concierto del 9 de diciembre ( 44 aniversario del asesinato de John ) me pide mi amigo Títel, “y “en mi vida me he visto en tal aprieto “ . Posiblemente el concierto de  nuestras vidas. El mejor lunes imaginable A pesar de que el protagonista fuese un anciano con voz cansada, sombra de lo que fue. O quizá por eso. Una noche mágica que nunca creí que verían estos ojos cansados. No, no esperen una crónica. No  soy periodista:  “doctores tiene la Iglesia” y un Adolfo Iglesias la beatlemanía española , de modo que haré lo de siempre en este blog ( o lo que sea) : juntar  letras, sílabas, frases... desde las vísceras.  

1965 : Mi relación con el concierto de mi vida comienza en el lejano 1965. Vale, me diréis,  los Beatles empezaron a grabar en 1962 ( si no contamos las canciones con Tony Sheridan ) y la beatlemanía llevaba ya un par de años enloqueciendo al mundo. ¿ a todo ? No, una pequeña península celtíbera se mantenía al margen de esa locura. Salvo una minoría juvenil autodenominada yeyé que desafiaba la cultura oficial. O quiźa no tanto. Pero en aquella España franquista cualquier movimiento que no fuese dirigido desde el Estado resultaba, de uno u otro modo, trasgresor. Como en cualquier régimen totalitario y  no pocas “democracias” liberales. Pero no divaguemos.


El caso es que corría el año 1965 cuando 4 “melenudos “ de Liverpool arribaron a una España que ,en palabras del Ministro de Información y Turismo, era diferente.


Para muchos la infancia es el Paráiso perdido. Perdido y en su mayoría olvidado. Solo quedan las capas más profundas de nuestra personalidad y nuestro recuerdo.


Es en  esa primerísima infancia de 1965 cuando un bebé era acunado por una de sus hermanas “yeyés” con una canción de cuna llamada “Yesterday” . Ese “Yesterday” que el anciano al que saludamos el 9 de diciembre no interpretó. Ese peasso canción, la más versionada de la Historia, que ya no interpreta. Esa obra maestra nacida de una almohada.


En todo caso esa leyenda viva nos proporcionó una noche especial por mágica. Su voz puede que ya no llegue a los tonos altos, puede que su garganta esté cansada y anciana. Pero el veterano al que vimos en el Palacio de los Deportes de Madrid ( ahora Wizink Center ) fue no solo un recuerdo, fue un ejemplo de amor a sus seguidores , corazón y espíritu del Rock and Roll. 


Ese mismo espíritu de Buddy  Holly a "Lonnie" Donegan que llevó a unos jóvenes de Liverpool a grabar una maqueta con “In spite of all the danger “ o pocos años después un tema llamado “Love me do” que daría comienzo al mito. Ese mismo espíritu que llevó a Paul a comenzar el concierto con “Can’t buy me love”, que pese a no ser de mis temas favoritos del “A Hard day’s night “ ponía la energía y las voces de sus fans en accion con solo cuatro palabras. 

Y así fue trascurriendo la magia del recuerdo y de la emoción, alternando temas de Wings y Beatles con canciones de Macca en solitario.

Como este es mi blog solo os compartiré los momentos que más me impactaron. 

Decía Paul que se veía el valor de una canción en su interpretación simplemente con una guitarra y voz. La verdad desnuda. Y como ejemplo de sus palabras interpretó “Blackbird” del “Doble Blanco “ y “Here Today” del “Tug of War “. Una sincronicidad o casualidad que ambos discos , el The beatles/White y el Tug of War pasaran por mis manos el mismo año 1983. 3 caras A y 3 caras B que serían de mis más preciados descubrimientos en aquel año iniciático que marcaría el principio del fin de mi adolescencia. Curiosamente con el “Quadrophenia” de The Who, que también adquiriría en aquel año 83. Unos Who a los que también vimos en ese mismo escenario en 2007. Otra casualidad.


El caso es que esa doble interpretación, de Blackbird y Here Today , encaramado a un cubo elevado cual altar de la buena nueva del siglo XX , con tan solo una guitarra acústica y su voz, fue uno de los momentos más emocionantes de la noche. Y hubo unos cuantos de esos momentos.


"Love Me do" "Let them in", "Lady Madonna", "Band on the run", "I’ve just seen a face",  "Live and let Die "( con pirotecnia incluída) "Drive my car", "Got to get  you into my life"que conocí de niño en la versión de ¡ Earth Wind & Fire)…. Tantas canciones y tantos recuerdos. Creo , eso sí, que más de la mitad de los temas interpretados fueron del repertorio Beatles. Y de casi todos sus Lps , salvo el “With the Beatles”, el “Magical” (hubiese estado bien un Fool on the Hill) y mi queridísimo  Beatles for Sale. Disco infravalorado. Vale que fue un Lp de relleno, vale que la mitad de los temas eran versiones, pero de los temas propios había TEMAZOS con mayúsculas. Como ese  “I’m a loser” que me enamoró aquel día de las Navidades de 1985 en el Ziggy de los bajos de Argüelles y que me llevó a comprar el Lp. Desde entonces el “For Sale” para mi es Navidad. Hay algo melancólico e invernal en "No Reply", "Words of Love" o "What you’re doing". No son temas que asocie al sol o a la canción del verano. Aunque en esa categoría estival de los Fab Four quizá solo estuviesen Ob La Di Ob la da y Yellow Submarine, dos de mis canciones menos queridas. Pero mira por dónde que en esa noche mágica y ecuménica del 9 de diciembre hasta la horterada que narra la historia de Desmond y Molly Jones me llenó de júbilo y satisfaccción. Cosas del directo. Y de la nostalgia.


Tampoco interpretó nada del “Yellow Submarine” . Pero de los demás álbumes de los de Liverpool cayó al menos un tema. Sgt Pepper’s , hijo predilecto de Paul, fue de los que se llevaron la palma con el “reprise” del sargento, el “Getting Better” (  también descubierto de niño en la película de Sgt Peppers con Bee Gees y Peter Frampton ) o el circense "Mr Kite" . A todo esto no deja de ser curioso y a la vez de agradecer que en la selección de los temas a veces eligiese canciones de John en lugar de las suyas propias. No śe, en este caso no habrían estado mal un “Fixing a Hole” o esa joya llamada “She’s leaving home” que Leonard Bernstein comparase con lo mejor de Schubert. La banda de los corazones solitarios del Sargento Pimienta….el primer Lp que compré con 15 años. 


Otros momentos super emocionantes del concierto  para mi y para muchos otros fueron “Let it Be “ y “Hey Jude”. Como Quevedo en su conceptismo en mi memoria y semántica interna los temas de los Beatles tienen su propio significado y el significado que les ha dado mi propia interacción con ellos a lo largo de décadas. 


Let it Be, por ejemplo. Además de himno es una canción sobre una madre, sobre una madre que aparece en sueños para consolar a su hijo desde el más allá. Una madre llamada Mary. Otra casualidad, que Paul no desprecia, hace que muchos de sus seguidores la identifiquen también con la Virgen María ( para los anglosajones “Mother Mary” ) . En mi caso siempre me evoca tanto a la malograda madre de Paul, como a Nuestra Señora que, cual Galadriel ante Gandalf, me pide que no tire la toalla ante los tiempos oscuros,. Y a mi propia madre, María también. A la que no escucho en la noche ; ojalá se me apareciese en sueños para calmar el dolor . Let it Be, un canto a la Esperanza, y qué hay más religioso o trascendente que esto. Let it Be:  cuando en la noche oscura del alma sientes el mundo desmoronarse y cuestionas todo aquello en lo que creíste,  recuerda que en los momentos de mayor oscuridad brilla más nítida la luz a lo lejos. Como un faro que evita que nos estrellemos contra los arrecifes de la desesperación.  


Y ves a tu madre, a la madre de Paul, a la Madre María diciéndote: la oscuridad pasará, ten esperanza, déjalo estar.


De “Hey Jude” qué puedo decir. La interpretación oficial es que fue compuesta para otro “huérfano”, Julian, pues así es como se sintió durante los años que marcaron su vida: un niño abandonado por su padre. Del mismo modo que su padre se sintió así con Alfred (otro círculo vicioso)  La canción del “tio Paul” para ese niño confuso que vio marchar a su padre con una  “vanguardista” japonesa. 


Pero esa es la historia oficial, la que descubriría ya de adulto. Para mi Hey Jude es un single con la maravillosa “Revolution” de cara B. Uno de tantos 45 r.p.m que tomé prestado en usufructo a mis hermanas mayores. Una portada en la que la corbata con topos que llevaba John me llevó a lucir una corbata similar durante años de adolescente buscando identidad y tribu. En todo caso, el Hey Jules de mi infancia fue , otra vez, mi madre. Mi madre tarareando la canción sin saber nada de su letra ni nada del idioma de Shakespeare. Es ese Na na na na final con el que otro visitante de nuestra casa de Andrés Mellado, el desaparecido Joaquín Luqui ( JL en FM ) cerraba durante un tiempo su programa. Fue 3 2 o 1… y desapareció. Como esa casa, ese tocadiscos Dual Bettor y esa infancia.


Hey Jude, himno donde los haya, fue uno de los momentos de comunión, llantos y locura colectiva de esa noche inolvidable.


Una noche que nos llevó de una caverna de Liverpool a una azotea de Londres pasando por nuestras propias cuevas de Argüelles, como ese local parroquial en Ferraz Strasse en el que se juntaban jóvenes de la época para sus reuniones e incluso guateques, de las que los Bitels eran parte fundamental.


Himnos. Los que sonaron y los que no . Recuerdos, vida y sueños truncados. 


Al final todos los caminos me llevan al ensanche de Madrid y al centro. A esos barrios de Chamberí, Argüelles o Malasaña por los que mis años de mozo pasé, que diría la zarzuela. 


Mi vida es una discografía parcial de los Beatles que empezaba en 1965 y luego pasaba por el 1964  ( A Hard Dayś  night sonando en un viejo tocadiscos  del “Club juvenil Everest”, justo enfrente de la casa de los Hermanos Urquijo “Los Secretos “, en la calle de Rodríguez san Pedro ) . Una vida que fantaseó con una morsa psicodélica, un mágico y misterioso viaje, una pubertad que llegó con el Blow Away de Tío George  , siguió con los sones del Help !, Rubber Soul y el Revolver , maduró con el Doble Blanco y el Let it Be y conoció la nostalgia prematura con el For Sale. “Christmas time is heeeere againnnn” cantan los Biruls, Los Beatles siempre vuelven a casa por Navidad , sea con el For Sale, con el mágico viaje, o con el submarino amarillo que regalé en cassette unos Reyes a mi sobrino Luismari.   Son el hilo invisible, la banda sonora de nuestras vidas. Dicen que el Real Madrid o el BarÇa son más que un club. Pues Sir Paul Mc Cartney es más que un músico. Es la memoria viva de generaciones. Recuerdos de infancia, adolescencia, de un mundo e el que naciste y ya no existe. 


Paul, al igual que sus compañeros de viaje, es un icono del siglo XX, tanto o más que Gandhi, Kennedy o el Apolo XII. 


Todo llega a su fin. Como ese final tan simbólico y tan acertado del concierto. Tras la locura protoheavy del “Helter Skelter” (en mi 1983 supuso un impacto) que obsesionó a la Familia y ese “I’ve got a feeling” con John virtual incluído, se llegó al final del concierto con los tres últimos temas del Abbey Road.


Qué decir de la cara B de Abbey Road. Presente en mi vida también desde unos Reyes que se lo trajeron a mi hermano Javier, todo ese disco forma parte de mis recuerdos más profundos.


Tremenda “Golden Slumbers” , que para mi fue una nana fúnebre por culpa de la película “Sgt Pepperś…” perpetrada por los Bee Gees y Peter Frampton y que escuchaba en cassette a los 13 años. 


Una vez hubo un camino de vuelta a casa. Hubo una vez un camino de vuelta a esa infancia, a ese paraíso perdido entre el olor de carboncillo, la niebla otoñal y el suave sol de primavera en un patio de Madrid. 


“...And in the end

The love you take

Is equal to the love you make”






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