jueves, 23 de abril de 2015

Feliz día de la derrota. Feliz día de las Castillas.

«Tú, tierra de Castilla, muy desgraciada y maldita eres al sufrir que un tan noble reino como eres, sea gobernado por quienes no te tienen amor»”(pasquines aparecidos en las puertas de las iglesias antes de la revuelta de las Comunidades de Castilla, s. XVI)
“La sangre de los Padilla, Bravo y Maldonado que corren por vuestras venas y el ardimiento de que guardan memoria estos pueblos de las comunidades, garantizan el éxito de nuestras aspiraciones y deseos.” Pacto Federal Castellano, s. XIX

“Traidores y criminales contra nosotros cabalgan” (del Poema “los Comuneros” Luis López Álvarez, s. XX)



23 de abril una vez más. Feliz día de Castilla. “Castilla miserable, ayer dominadora…” que cantase el poeta sevillano enamorado de Soria. Precisamente ayer en la Casa de Soria, mi correligionario y amigo el profesor Pedro Juan Sánchez en su intervención en la jornada sobre Patrimonio Cultural y Patrimonio Natural rescordaba cómo la superioridad cultural del Egipto antiguo o de Grecia pervivió siglos después de su ocaso socioeconómico y/o su derrota militar. O cómo países divididos como la Italia anterior al novecento fueron referentes culturales, faros del mundo y modelos a seguir.

Egipto, Grecia, Roma, Italia, China…. La Castilla que descubrió un Nuevo Mundo o gestó en su seno uno de los idiomas más hablados del orbe. La  Castilla que parió una cultura que hizo posible un Cervantes, un Quevedo, un Lope. Esa Castilla ni está ni se la espera.

Ni existe ni quieren que exista desde la idealizada transición. Víctima expiatoria de los intereses coincidentes de los nacionalistas periféricos mesetófobos y el nacionalismo español.

Esa es la realidad. Otros pueblos y naciones divididas en lo político han mantenido su identidad y herencia. Irlanda, Escocia, Polonia, India, Kurdistán, Armenia…han pervivido como ideal de destino común. Han sobrevivido a ocupaciones, a la negación de su lengua y cultura, hasta a genocidios, aferrándose a sus raíces, sus señas de identidad o su religión.

Castilla en cambio asiste impasible al saqueo de sus recursos naturales, a la despoblación, al genocidio cultural. Al sinsentido de perder su cuna (Cantabria), la cuna de parte de su idioma y raíces (Rioja) o de su motor económico (Madrid). A la división en 5 comunidades autobobas a cual más absurda. A su negación ontológica, a su sacrificio en aras del bien común.

Muchos castellanos no se sienten orgullosos de ser castellanos. Otros, como la mayoría de los madrileños, ya ni saben que lo son.

En este día de oprobio y celebración, monopolizado por una de las cinco comunidades, la que quiere monopolizar el nombre de Castilla, en este día que celebramos y lamentamos la derrota de los comuneros en las campas de Villalar, recordemos a nuestros héroes.

HONOR A PADILLA, BRAVO, MALDONADO, MARÍA DE PACHECO, JUAN DE ZAPATA, EL OBISPO ACUÑA, ALONSO DE ARREO Y A TODOS LOS QUE VERTIERON SU SANGRE POR LA NACIÓN CASTELLANA.




Feliz día de Castilla. Feliz día de la derrota

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