DE LA REFORMA LABORAL, LA CRIMINALIZACIÓN DEL PARADO y TRABAJOS FORZADOS

No voy a realizar un análisis exhaustivo, ni describir en detalle sus pros y sus contras. Contras que creo mayores, en forma de desguace de los derechos de los trabajadores en activo. Que cada palo aguante su vela: nadie, ni profesores, ni funcionarios, ni sindicatos, nadie, repito, se movilizó ni solidarizó los últimos años de debacle con los millones de trabajadores que íbamos engrosando las filas del INEM.

No, yo vengo a hablar de “mi libro”, de la jodía vida del parado de larga duración y mediana edad, menospreciado u olvidado por unos y otros, defendido por nadie. Millones de españoles entre los que nos contamos mi Santa y yo mismo.

Primero fue la frasecita del sujeto aquel de la CEOE diciendo que ningún parado podría rechazar ningún trabajo, aunque fuese en Laponia.

Luego, ese contertulio de Interlobotomía que se indignaba porque hubiese desempleados que rechazasen empleos-basura de 400 € (cómo me recuerda a la indignación de los negreros que, en el S. XIX, se lamentaban de lo holgazanes que eran bastantes esclavos en sus plantaciones).

Pero el remate del tomate, el (pen)último insulto es esa medida tan ¿cómo diríamos? Insultante de querer que los parados efectuemos “trabajos sociales” para poder mantener nuestra prestación por desempleo. Vayamos por partes e intentemos mantener la sangre fría antes de empezar a insultar a nadie.

1º) La prestación por desempleo no es una gracia concedida en su generosidad por el Estado, las CCAA, el gobierno o su meretriz progenitora. La prestación, al igual que la Seguridad Social, nos la hemos ganado a pulso, algunos aguantando durante lustros a explotadores miserables que pudieron pagar colegios caros a sus hijos mediante la plusvalía esa (no, si al final me harán citar a Marx, muy a mi pesar). No es caridad ni filantropía, es un derecho ganado a pulso, y pagado en ocasiones con nuestra propia salud mental. El capitalismo salvaje y su brazo político se han dicho: estos parados , rascándose las gónadas y aburridos en sus casas, ¿y encima les pagamos? Pues nada, que trabajen gratis, y eso que nos ahorramos.

2º) Trabajos sociales: yo no entiendo mucho de economía, pero veamos. Trabajos para la comunidad= becarios, objetores en su momento, etc… suponen hacer un trabajo GRATIS. Muy buena idea, lumbreras. Efectivamente, así acabaréis con el paro. Hitler acabó con el paro en Alemania construyendo Autobähn. La diferencia fundamental es que los trabajadores del III Reich cobraban

3º) Los trabajos sociales para la Comunidad son un concepto penal, sí, penal, punitivo, castigo, redención por el trabajo. ¿Qué cojones de medida es esta? Es el equivalente a ponerle la zancadilla a alguien, conseguir que se caiga, y cuando está en el suelo patearle la cabeza. No tenemos bastante con la desgracia del desempleo que han provocado vuestros amos, no. Encima nos castigais por ello. HIJOS DE LA GRAN RAMERA DE BABILONIA.

SOMOS DESEMPLEADOS, NO DELINCUENTES

¿Lo siguiente qué será? ¿Ponernos un uniforme naranja y llevarnos a hacer carreteras a Louisiana, vigilados por un capataz a caballo con una escopeta mientras cantamos “blues”?

¿Recuperar la ley de Vagos y Maleantes y meter en prisión a todo aquel que no tenga medios de subsistencia?

Los dioses saben que no comulgo con las ruedas de molino del sistema.

Que he atacado con dureza a unos sindicatos instalados en la cultura de la subvención y en la defensa ombliguista de sus propios intereses.

Que he sido muy crítico y beligerante contra una progredumbre de chalé y antifranquismo a posteriori que nos ha llevado a la ruina y que tampoco ha hecho gran cosa por el trabajador español.

Pero vosotros, señoritingos que no sabéis lo que es no llegar a fin de mes, acostumbrados al “ordeno y mando” me ESTÁIS INSULTANDO A MÍ Y A OTROS 5 MILLONES DE ESPAÑOLES, Y SÍ, OS ESTOY GRITANDO, SINVERGÜENZAS, LACAYOS DE LA BANCA, GENTUZA CON CHÓFER.

Nos llamáis vagos, estáis diciéndonos que si no trabajamos es por vicio, poco más o menos, ¿qué otra interpretación tiene esta medida?

Habéis declarado la guerra a un colectivo que os ha llevado al poder, no lo olvidéis. Hemos pasado de una cuadrilla de inútiles que no hizo nada a los perros guardianes de los que de verdad mandan.

Parece que la clase trabajadora de este país ya no tiene lo que hay que tener. Pero yo que vosotros no me relajaría en vuestros cómodos sillones, vuestros consejos de administración y vuestros centros de poder.

Es posible que entre los millones de parias de los que os reís y a los que insultáis, alguno tenga una propuesta mejor para dar un “trabajo social” a los desempleados. Y que ese trabajo de utilidad para el bien común conlleve un bidón de gasolina o unas granadas de mano. O que alguien proponga que los políticos inútiles, los que han endeudado a villas, comunidades autónomas o gobiernos centrales, presten servicios comunitarios en un campo de trabajo, redimiendo culpas picando piedra, por ejemplo. ¿A que suena bien?

Como dicen en La Mancha: “Arrieritos somos y en el camino nos veremos.”

Nunca pensé que diría esto, pero ojalá el 29 de marzo arda este país de pandereta.

Atentamente, idos a tomar por el orto.