Nostalgia de otro otoño. 1989 y toda una vida aún por delante. Veníais a la vieja casa de Argüelles, incienso, tortilla española y Patxarán casero. No había aún responsabilidades, ni hijos, ni hipotecas que pagar. Jóvenes y solteros. Y en el tocadiscos Waterloo Sunset. Y si alguna vez quise ir a Londres fue por ver el atardecer desde la estación de Waterloo. En aquellos días idolatraba a la pérfida Albión y todo lo que venía de ella. Luego creces y descubres que los Reyes Magos son los padres, que tu padre no es Superman y que los hijos de su graciosa Majestad nos han estado haciendo la vida imposible a los habitantes no-portugueses de la Península Ibérica. Pero en 1989 aún existía cierta ingenuidad de adolescente. Veladas en la vieja casa de Argüelles y hora feliz en el bar D´Jam. O conciertos de Rizmanblús en el Siroco. La vida a veces puede ser maravillosa...
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