“Aunque
el resplandor que
en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.
en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.
Aunque
mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
Que en mi juventud me deslumbraba
puedan ver ese puro destello
Que en mi juventud me deslumbraba
Aunque
nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo “(…) (Wordsworth)
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo “(…) (Wordsworth)
“Despedidme
del sol y de los trigos” (Miguel Hernández)
Volver
a ser un niño. Volver a ser adolescente. Tener de nuevo ilusiones
puras. Sufrir otra vez, tener miedo de tantas cosas otra vez. No, no
todo tiempo pasado fue mejor ( parafraseando a les Luthiers,
“cualquier tiempo pasado fue anterior) .Antes las cosas malas eran
muy malas y se vivían con angustia y temor. Pero las cosas
buenas...las cosas buenas se vivían con una intensidad e inocencia
irrecuperables. Entre la zozobra del presente y la inquietud por el
futuro hay veces que uno necesita evadirse de la realidad
circundante, concentrarse en lo verdaderamente importante, entrar
dentro de uno mismo.
Ahora
lo llaman meditación, mindfullness y nosecuantascosasmás. Antaño era
oración. Sigue siendo oración y meditación hogaño. Hay
quien busca elaborados escenarios o situaciones. Pero si algo me
enseñó Inmaculada, amiga y facilitadora de Meditación, es que esta consiste en poner toda nuestra consciencia, o nuestra
atención, en el momento, en lo que nuestra voluntad enfoca,
trascendiendo las multiples distracciones que nuestros sentidos y
nuestra mente nos provocan. Meditar, al igual que orar, puede hacerse
en cualquier lugar. Encontrar a Dios entre pucheros y ollas, como Santa Teresa, o vivir intensamente las porras"del desayuno en un concurrido bar. Eso también es meditación. Todos hemos tenido esos
momentos, en soledad o rodeados de gente, en el que hemos estado , en
el que hemos vivido con plenitud.
Recuerdo
una tarde, una apacible tarde de verano, sentado en un monte
divisando el valle del henares, vaciando la mente, escuchando The
Secret Life of Plants en el radioccassette
Las
vías del tren, el talgo que pasa, la estación, todo es una maqueta
allí abajo. Stevie Wonder suena entre los olivos y los tomillos, el
romero y la jara. El valle del Henares es una sinfonía de verdes,
ocres y amarillos. Un poema con versos de trigo, girasol, patata o
huertas, de choperas y barbechos.. Y al fondo, Espinosa. No existía
nada más en esos momentos. Ni exámenes, ni desengaños amorosos, ni
miedos y complejos. Ese momento era ese momento. Ser uno con Dios por
medio de su obra. Eso es meditación.
Esos
días ya no volverán. No pueden volver. Pero dentro de nosotros
sigue estando la divinidad. Como decía el amigo George Harrison,
“dentro de ti sin ti”
Campos
de Girasoles por siempre
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