Icono intergeneracional, rebelde sin causa, genio atormentado, miembro clave de la mayor leyenda de la música popular, le pese a quien le pese.
Igual que tuviste admiradores incondicionales e incluso seguidores que te adoraban como a un santo laico del Rock and Roll , tuviste detractores, enemigos y gente que te odió por tus obras y/o por tus palabras .
Quisiste ser un héroe de la clase trabajadora pero imaginaste un mundo sin religión ni patrias en consonancia con las grandes transnacionales y los que nos explotan sin fronteras.
Dijiste que todo lo que necesitamos es Amor, pero abandonaste a un niño y a su madre.
Al final solo me identifico 100% con dos letras tuyas, Nowhere Man y I’m a loser.
Parafaraseando al más grande poeta: no, no eres tú mi cantar. No quiero escribir ni puedo a ese John Lennon icono del pacifismo más ñoño cantando con velas el Imagine. No, prefiero recordar al joven atormentado de Help! , aquel que se lamentó de haber llegado a ser más popular que Jesús (aunque se le malinterpretase ), el que cantó al amor desde la nostalgia en In my life, al roquero de I don’t want to spoil the party, al espiritual de Across the Universe, el surrealista de I am the Walrus o al huérfano desgarrado de Julia o Mother.
En todo caso, héroe o villano, solo fuiste un ser humano. Con sus grandezas y sus pecados. Donde estés ahora, solo el Altísimo lo sabe. Pero espero que al final de tus días volvieses tus ojos a Él y que algún día nos conozcamos. De una u otra manera tu genio cambió mi vida y la de millones. Y solo por eso, en este día de tantos recuerdos, gracias.