viernes, 21 de junio de 2024

Sex, Love, Drugs, War and Lies

 Comienza el verano, un año más. Aunque no lo parezca. Aunque el calentamiento global no se note y el junio más caluroso de la Historia tenga unas noches, y hasta unos días, propios de octubre.


El caso es que es verano una vez más. Mi estación menos favorita. O quizá ya no. La vida solo tiene una certeza: el cambio constante, desde el día que entramos en este valle de lágrimas llorando hasta el día que nos marchamos. Me fui reconciliando con el verano mediante acampadas, noches de paseo marítimo, helados y verbenas. Y las horchatas en el paseo de Eloy Gonzalo. Y las fiestas furtivas en la casa de Andrés Mellado. Y el parque del Oeste y el aroma de las flores, los pinos y el boj.


Pues va a resultar que el verano no era tan malo. Si no fuese por el insufrible y aplastante calor del julio-agosto madrileños. 


En fin, verano una vez más. 


Y un verano más, preparando mis "playlisys" veraniegas, mucho surf, instrumental y vocal, y muchos sonidos del "verano del amor".

Suena "California Dreamin¨ "  , y vuelvo a pensar en ese sueño californiano de paz y amor que terminó en la pesadilla de Cielo Drive. Cómo se pudo pasar de Heights & Asbury al Spahn Ranch. Vuelvo a meditar sobre la falsedad de este mundo y cómo nos engañaron.

¿Se puede sentir nostalgia de un lugar que no conocimos en una época en la que apenas teníamos uso de razón?  Unos quisieran haber estado en Brighton en el 64, otros en el Wigan Casino en los 70.


Yo, plasticazo impenitente, de niño quise vivir la era hippy. Y ahora daría un reino vampírico por viajar a esa California en la que todo parecía posible. 


Qué bonito. Qué mentira. Bonitas mentiras de nuestra infancia y juventud. Y algunos aún siguen sin enterarse.




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