Han
talado los olmos de mi barrio. La grafiosis ha vencido en mortal
partida a décadas, incluso siglos, de presencia, sombra y arrullos.
Maldita grafiosis, asesina de tantos olmos de mi tierra. Sólo uno se
resiste, centenario y comunero, en la esquina de las calles Juan
Bravo y Castelló.
Olma
vieja de los pueblos, ·”gernikako arbola” castellano, cuya
sombra desde medievales tiempos amparó concejos y disputas, pláticas
y cortejos. “Olmo viejo hendido por el rayo” al que tuvo que
cantar un vate andaluz, falto de abogados en su tierra.
Han
talado los olmos de mi barrio. De ellos sólo quedan anchos tocones
de anillos concéntricos, silentes testigos de estaciones cambiantes,
tiempos yeyés, transiciones, vidas consumidas, taxis franjirrojos y
taxis blanquinegros.
Han
muerto los olmos ante la indiferencia y el desinterés de sus
vecinos, esos urbanitas preocupados por abandonar la ciudad en
Semana Santa, cambiar las aceras por el asfalto carretero y el vermú
del domingo por paella en el chiringuito playero.
Miércoles
santo de un barrio, de un país, cada día menos santo. Camino de
minoría los que honran y conmemoran el acto de amor supremo de un
Dios que se hizo hombre y sufrió humillación, muerte y tortura.
Incluso entre los que aparentemente le recuerdan es amplia la tribu
de idólatras de policromados maderos y folclóricos eventos.
Qué
más le dan al madrileño urbanita (1) los olmos, Jesús y su Santa
Madre, nuestros campos y ríos , la agonía de las provincias vecinas
(2) o el genocidio cultural y demográfico de su pueblo (3)
Mientras
haya fúrgol, “sálvame”, Iphones y playa, qué más da lo demás.
Patrioteros de bandera con torito a los que da igual todo lo bello y
lo bueno que se desvanece ante sus ojos.
Han
talado los olmos de mi barrio. De ellos sólo quedan anchos tocones.
Madera perdida para siempre. Vidas perdidas para siempre. Como
nuestras vidas. Exactamente como nuestras vidas.
(1)Ciudadano del mundo, adalid del cosmopaletismo, azote de paletos, verdugo del campo por omisión
(2)¿Sabéis que el mayor desierto demográfico de Europa no está en Siberia ni en Laponia? Está a tan sólo 100 km.de la megalópolis madrileña, ent)re Guadalajara, Soria y Teruel. Desequilibrios como ese son los que me acabaron de acercar al castellanismo . Algún medio extranjero se hizo eco de esta triste realidad, ante la indiferencia de los propios españoles, y lo peor aún, de los habitantes de la España interior y rural.
(3) A los hechos me remito. El español medio ha dado la espalda a sus propias raíces, salvo en alguna región en la que precisamente el problema es la antítesis, chauvinista y nacionalista excluyente. Y ya no sólo nos vamos suicidando en los cultural, sino en lo demográfico, con una tasa de natalidad de las más bajas del mundo. Y la solución que plantean los medios “progres” (léase el País”) es traer millones de inmigrantes “a pagar la Seguridad social” en vez del fomento de la natalidad o evitar el éxodo de jóvenes (y no tan jóvenes) autóctonos
(2)¿Sabéis que el mayor desierto demográfico de Europa no está en Siberia ni en Laponia? Está a tan sólo 100 km.de la megalópolis madrileña, ent)re Guadalajara, Soria y Teruel. Desequilibrios como ese son los que me acabaron de acercar al castellanismo . Algún medio extranjero se hizo eco de esta triste realidad, ante la indiferencia de los propios españoles, y lo peor aún, de los habitantes de la España interior y rural.
(3) A los hechos me remito. El español medio ha dado la espalda a sus propias raíces, salvo en alguna región en la que precisamente el problema es la antítesis, chauvinista y nacionalista excluyente. Y ya no sólo nos vamos suicidando en los cultural, sino en lo demográfico, con una tasa de natalidad de las más bajas del mundo. Y la solución que plantean los medios “progres” (léase el País”) es traer millones de inmigrantes “a pagar la Seguridad social” en vez del fomento de la natalidad o evitar el éxodo de jóvenes (y no tan jóvenes) autóctonos
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