Melancolía. En pleno flashback de otros otoños, de una vida que ya ni es ni podrá ser . Nostalgia de alguien que no fue y de alguien que creí ser. Impotencia por algo que no podremos ser. Remembranzas de personas, lugares y momentos que son polvo en el viento. Lo inamovible, mentira. El futuro es pasado y el presente una amarga desilusión.
Joven prometedor: carpe diem, size the day, que del mañana no hay ninguna certeza. Ni cerveza. Manos blancas no dañan, marcas blancas saben a nada. La nada nadea, sea de Laforet o de Heidegger, o de Juan y Junior. No me importa nada. Ni le importamos a nadie.
Nacimos ante el amor de los que nos precedieron pero no sabemos cuándo nos iremos, ni cómo. Ni siquiera sabemos cuál es el autobus que nos dejará cerca. Un hombre de dos mundos. O más. Nuevo romántico sin castillo ni chorreras, roquero sin punteo, scooterista sin vespa, nowhere man sin nowhere land. "Sobre la tierra de nadie, tú y yo". Mañana no abrirá el Blitz Club, ni el Rock-Ola, ni el "salón de bodas" de la Parroquia de Santa Rita. Mañana volverá a salir el sol. El viento, lluvia y oscuridad de otoño llegarán algún día. O no. Y al orden cósmico le preocupará tres cominos el polvo enamorado.
"...Quant’è bella giovinezza
che si fugge tuttavia!
Chi vuole esser lieto, sia,
di doman non c’è certezza (...) "
che si fugge tuttavia!
Chi vuole esser lieto, sia,
di doman non c’è certezza (...) "
No hay comentarios:
Publicar un comentario