martes, 13 de diciembre de 2022

Cuadernos de Pop y/o Rock (II) : Fernando Márquez, “El Zurdo”, el Enfant Terrible de la Movida

La cólera: hoy todo el mundo es gente buena, el sufrir va contra las normas /tú eres quien falla (...) 

...El compromiso es una excusa para hacerse una carrera; ama lo abstracto .
La cólera: hoy todo el mundo se preocupa /
Por los demás según las normas que se acordaron.

Tu fuga de la Realidad te incapacita para entrar
En el meollo del asunto que/Todos quieren quieren tratar
La cólera...”




Se podrán decir muchas cosas de este iconoclasta artista underground. Doctores tiene la Iglesia, y biógrafos los medios subculturales. Hasta en la Wikipedia.  Los hay que han glosado con precisión las creaciones y andanzas de este singular personaje. Sin duda. 

Este humilde oráculo de extrarradio no va a aportar datos relevantes ni reseñar su obra y hechos más que de pasada. Y en tanto en cuanto estén relacionados con el motivo de esta entrada.

Y esta entrada, como casi toda esta bitácora -o o que sea-, no es más que una manifestación visceral y subjetiva de quien está ante este teclado.

Y como entrada subjetiva, gratuita y emocional, no voy a hablar del papel de este sujeto en la historia del Pop con todo lo grande, pequeño o mediano que haya podido ser, sino lo que supusieron los partos de su “cráneo previlegiado” para la intrahistoria del que esto escribe. (1)

Mi relación con la obra de El Zurdo comienza como con la de tantos artistas: de la manera más emocional, en un momento y con una canción, “Para Ti”, de Paraíso. Otoño de 1980: Menda acaba de cumplir 15 años. Y la letra, obra de nuestro protagonista, llega, ve y vence. Pocas letras como ésta han reflejado de un modo tan emotivo como peculiar esa etapa de mi vida, de nuestra vida. Quince años. Aquella letra, envuelta por los sencillos arpegios de Zancajo y una melancólica melodía, nos llegó dentro. A mí y a muchos más. Como a Almudena Grandes, tan en las antípodas ideológicas de Fernando, pero que no dudaría en tomar prestados sus castillos de cartón (2). 

“Para Ti” (“que solo tienes 15 años cumplidos…”)… me sigue emocionando hoy, más de cuarenta años después. Poco sabía yo en esos días ni de Kakadeluxes, ni de Underground, ni de los orígenes artísticos del personaje que nos ocupa.

Así, así fue mi primer contacto con la obra de “El Zurdo”. De la radio a una cassette, ese mágico habitáculo de melodías y recuerdos.

Paraíso grabarían alguna canción más, como la dedicada al personaje de comic “Makoki” o la brutal “Vacaciones en la Morgue”, por poner solo dos ejemplos. Para este tierno e ingenuo púber lo de “Makoki, Makoki, Makoki es cojonudo, el enemigo público número uno” resultaba trasgresor, soez y grosero, recién salido de un colegio y una época en la que decir palabrotas o similares era mal visto socialmente. (¡Ay, si hubiésemos sabido la que se nos vendría encima!…).

Tendrían que pasar unos pocos años (que a esas edades parecen eones) para reencontrarme con Fernando Márquez (de ahora en adelante, F.M.).

Fue en otra FM, Frecuencia Modulada, que descubriríamos, entre otros, a La Mode. Una FM tan importante en una época en la que Internet no existía y la televisión dedicaba poco espacio a las subculturas juveniles (3).

Una FM como la de la Inter con sus chicas, que aún ignoro si escuchaban “rock suave sentadas en sus novios”. Las chicas de la Inter (4) que “son para ti, las chicas de la Inter son para mí (…)”. Esa letra quizá sería hoy día políticamente incorrecta por heteropatriarcal, sexista o alguna otra cosa. Como casi todo el disco de “El Eterno Femenino”: La Mode más Pop, Naïf y con influencias diversas que llegarían desde las mismísimas Vainica Doble a Warhol, Gauguin, Coco Chanel o Mishima (5)

El que esto escribe empezaba a estudiar Magisterio y en las ondas podía escucharse “Aquella Canción de Roxy”, que “fue la señal que inició nuestro gran amor” y que para mi amigo Joaquín “El Loco” era quintaesencia del espíritu del Rock’n’Roll. Fue precisamente en la Escuela de Magisterio donde se incrementaría exponencialmente mi afición a  La Mode inlfluido por Paco, un compañero con el que también tendría en común el baloncesto y  Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán.

La Mode era en buena medida el Zurdo (con permiso del genio de las teclas mi muy admirado Mario Gil y el no menos admirado Antonio Zancajo). El Zurdo y su personal modo de entender la música Pop en una época no falta precisamente de poetas, locos y trovadores varios: Auserón, Coppini, Antonio Vega, los Urquijo…. Incluso el siniestro y torero Jaime Urrutia competía en ese certamen de creatividades y entusiasmo juvenil. O al menos así lo vivimos unos cuantos adolescentes de entonces.

La Mode y el universo de el Zurdo. Un universo en el que los ciudadanos pagaban sus impuestos para ser atendidos por eternas enfermeras de noche, bares en el Hawaii madrileño en los que las despedidas eran tan amargas como el té con limón. Trasmundo de un Foro en el que una joven nacida en Osaka alternaba el “Pop de Vanguardia en su Sanyo gramola” con las noches canallas del Rock-Ola. O Aquella Chica, “pendiente solo de su pensamiento, que el diablo sabe en dónde está” Aquella Chica que para mi fue la adorable hija de un locutor de radio de los años sesenta. Cómo la quise, aunque nunca se lo dije. O sí.

El Eterno Femenino”, parte de la Historia viva de los ochenta españoles. Hasta en sus temas más atacados e infravalorados (estoy pensando en “el único juego en la ciudad”, que asociaba con una particular princesa de piernas de cristal).

Después de “El Eterno Femenino”, La Mode facturaría “1984”, con un sonido mucho más duro y tecno, letras menos emocionales y más ideológicas. Más duro, menos Pop, más maduro, menos popular. El álbum se iniciaba con las campanadas de año nuevo desde la Puerta del Sol dando paso a ese hipnotizante instrumental de Mario. “1984”: un LP repleto también de referencias culturales: Flaubert, Stanley Kramer (con Spencer Tracy), la admiración por Orwell. Un puñado de grandes temas y letras más o menos enigmáticas. La genialidad de “La Cólera”, los dobles sentidos y alegorías de “Erección”, “Una Rata” que tanto me impactó aunque en aquellos días no acababa de entender (“no hay amor en tu reciclaje burgués, tienes todo a cambio de transigir”). Con momentos como el de ese potente teclado mariogilista arropando “Negro y Amarillo” (“samurais de neopreno colonizan extensiones, son inmunes al veneno de los odios y pasiones”). Esa deliciosa “Sueño 84” con Vainica Doble incluidas, ahí es ná.

Un LP redondo hasta en lo que hoy día no se puede escuchar, ese “·programa computerizado”, hoy día inencontrable si no es en mi vinilo. Lo grababas en cassette, lo ponías en el Spectrum y te lanzaba el mensaje oculto, del que aún recuerdo ángeles de alas de vanadio.

Mención aparte merece la melancolía destilada en “En cualquier fiesta”. Durante una etapa de mi vida fue más himno aún que la mismísima “Para ti”. Y no me resisto a trascribir parte de la letra, poesía generacional que me trae recuerdos de luces de colores, canciones lentas y fiestas perdidas. Como esa inocencia perdida entre lumumbas y humo de hielo seco. Como todo aquello que pudo ser y no fue.

Cuando todo se acabe /Y nadie nos recuerde /Seguro que nos vemos en cualquier fiesta.

Cuando el tiempo se pierda/ Sin que nadie lo gaste /Seguro que nos vemos en cualquier fiesta.

Yo me acercaré a tu mesa,te preguntaré si bailas /Y daremos vueltas por la pista vacía.
Tu me mirarás sonriendo/ Con una expresión cansada,/Será en cualquier fiesta, una noche cualquiera”.

Cuando toquemos fondo/ Sin oportunidades,/Seguro que nos vemos en cualquier fiesta.

Cuando nuestra riqueza/ Sea sólo la memoria,/Seguro que nos vemos en cualquier fiesta.

Ese día llegó. Nuestra riqueza es solo la memoria. Rafa se fue a Venezuela, solo Dios sabe si sigue vivo. Los GM dejaron de hablarme, menos mi adorada Angie, mi enfermera de noche. O Ana Mari. Mi queridísima Ana Mari got married, y sufrió. Ángeles la guitarrista, a saber qué habrá sido de ella. Como Pilina, como Luis, como Joaquín y su psicodélico de luces de colores “Singultus Barbarus”. Como Carmen Tomico, Belén o Paco, perdidos “in the mist of time”.

No, no nos veremos en cualquier fiesta, amigos. Como decían Ojeda y sus secuaces “no habrá más fiestas para mañana”. (6)

Y hablando de lo que pudo ser y no fue, la década de los ochenta la cerraría con el viaje fin de carrera a Italia, sonando “Cita en Hawaii” en el radiocasette del autobús y propiciando el acercamiento de la bella Celia, mi Siouxsie de la Complutense, al asiento de este juntaletras.

Y podría terminar la entrada así, pero la vida sigue. Y el Zurdo siguió. Hubo vida después de La Mode, of course. F.M. siguió haciendo de las suyas, desde otros proyectos musicales, como Pop Decó (epítome de los ochenta, también lo descubrí tarde) o Proyecto Bronwyn. Fue entonces, a posteriori, cuando conocí las colaboraciones con su maravillosa “musa” Kiki D’aki. Pero yo estaba en otras cosas a finales de la década, lo siento Fernando. Siempre me dejo algo por descubrir. Quizá ahora, en el atardecer de la vida, pueda deleitarme con esas delicias. Sin duda. Como hace poco, que descubrí otra delicatessen zurdiana llamada Los Fantasmas del Paraíso, con versiones incluso de sus admiradas Vainica Doble y de mis queridos Cánovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán.

Lo que sí que seguí con interés fue su devenir ideológico, con el que tantas veces me identifiqué como disidente de casi todo, hasta de mí mismo. Desde su petición de voto a la FE de las JONS, tan meritoria y provocativa en aquellos días, suicida e impensable hoy, (7) hasta su inusitado acercamiento al mundo abertzale pasando por el CDS de Adolfo Suárez.

Llegaron los noventa, los convulsos excitantes años 90, fin del siglo cambalache, problemático y febril. En los años noventa el Menda ya estaba en otras cosas. Participando como testigo, juez y parte del submundo malasañero y chuequero. Solo diré que me reencontré con la cosmovisión zurdiana gracias a su publicación “En el Corazón del Bosque”. Desde esas páginas descubrí -¡Cómo no!- a Ernst Jünger y a Yukio Mishima. ¡Ay!... Aquellos días de fanzines y reprografías varias, en las que este escribidor y periodista aficionado participaba en ese proyecto llamadoLa Hora Feliz” con otros “fanzinerosos” de la época. Gentes de la Facultad de Bellas Artes, compañeros de bares, afterhours y conjuntos músico-vocales demenciales, gentes de mal vivir y peor beber. Pero esa es otra historia. Quién me iba a decir que uno de los personajes con los que compartí acordes y cervezas en aquellas noches, Charlie Velocets, alias “El Nebulosa”, acabaría tratando en persona a nuestro admirado F.M. bajo su advocación de Charlie Misterio.

En 1992 tendría ocasión de disfrutar, años después, del directo de La Mode en la recordada sala “Revólver” de la calle Galileo. Ese concierto histórico que se iniciaba con los acordes de “Wild Puppets”, uno de mis temas favoritos.

Y poco más de los noventa. Pasarían lustros hasta que volviese a ver en acción a F.M. En un entorno distinto aunque no muy distante, geográficamente hablando, del Revolver. Corría la primavera de 2018 y tuve el placer de escuchar a F.M. en una charla sobre Jünger en un local políticamente incorrectísimo. Y el honor de saludarle en persona.

Jünger sobrevuela con mirada de águila sobre los totalitarismos y sobre el liberalismo burgués. Sobre las hormigas rojas y las hormigas negras. “Al final el verdadero revolucionario es el santo, y su revolución es interior”. El mal de nuestro tiempo no es el hombre de derechas o el hombre de izquierdas: es el hombre ignorante y que ignora su ignorancia. Fernando Márquez “El Zurdo”, rara avis de “La Movida” y paradigma de pensador no alineado ni alienado. Gracias por existir, Maestro.


Para ti, tiene razón, todo un estilo/ Toda la locura de los locutores locos

Todo el cadenaje, que enmudeció a virtuosos/ Toda la energía de ese motor, que estalló
Para ti, nos buscamos, el paraíso
(…)

Para ti, que sólo tienes, quince años cumplidos/Para ti, que naciste en, tiempos asesinos
(…)

Para ti, que vas a caballo del fin del mundo/ (…) Para ti, que comprobarás lo que otros han dicho
Para ti, queremos otear, el paraíso (…) “


(1) Permítanme estas alusiones a dos genios de la generación del 98 mucho más cercanos a esta rara avis que lo que él mismo podrá haber considerado nunca. Volviendo a lo antedicho, este es mi blog y las relaciones las pone mi atormentada psique.

(2) “...Nos cocinamos, melodías con su charme/Nos olvidamos, de los críticos seniles/ Nos encerramos, en castillos de cartón (…)

(3) Aunque sin duda un millón de veces más que ahora: desde el mítico “PopGrama” en el que precisamente descubrí a los Jam, Gruppo Sportivo o la misma “Makoki” de Paraíso hasta la no menos legendaria “La Edad de Oro” pasando por la no menos recordada “La Bola de Cristal” y sin olvidar “A Uan Ba Buluba”, “Caja de Ritmos” o “Musical Express”.

(4) La letra de esta canción hacía referencia a las locutoras de los programas musicales de la emisora “Radio Intercontinental”.

(5) Yukio Mishima, el malogrado genio nipón que constituye una de las obsesiones culturales de el Zurdo, junto con pensadores de la talla de Ernst Jünger.

(6) “No habrá más fiestas para mañana” (Danza Invisible).

(7) Del mismo modo que hoy serían inconcebibles canciones como el “Heil Hitler” de los Ilegales o unos Gabinete Caligari saludando al personal a la voz de “¡Hola! Somos Gabinete Caligari y somos fascistas” (Jaime Urrutia). Provocadora presentación en la sala Rock-Ola de Madrid un 23 de julio de principios de los ochenta. [Sin fuentes]

https://citas.in/frases/101393-jaime-urrutia-hola-somos-gabinete-caligari-y-somos-fascistas/


Internetgrafía:

https://lafonoteca.net/disco/1984/

https://www.rockampmorebyaddisondewitt.com/2020/02/la-mode-el-eterno-femenino-1982-mis.html

https://lafonoteca.net/disco/el-eterno-femenino/


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